
José Cobo
Secciones
Servicios
Destacamos
José Cobo
José Cobo, arzobispo de Madrid, es con sus 59 años de edad el más joven de los cinco cardenales españoles que van a participar en ... el cónclave que, a partir de este miércoles, elegirá al nuevo obispo de Roma. Hombre dialogante y volcado en la pastoral social y la acogida a los migrantes, asegura que no existe una «polarización exacerbada» entre los purpurados, aunque sí «posturas distintas» sobre el perfil que debe tener el sucesor de Francisco. «Y eso es lo bueno de la Iglesia», subraya Cobo, quien se confiesa «conmocionado» por tener que participar en las votaciones en la Capilla Sixtina. «Me hubiera creído antes que iba ir a Marte», dice entre risas.
-¿Tienen ya claro el perfil de quién podría ser el próximo Papa?
-Esto va 'in crescendo'. Empezamos tanteando y creo que ahora mismo se va afinando, aunque todavía no del todo. Somos muchos y aún queda gente por hablar y temas que discutir. Desde luego sí que se va marcando el perfil, yo creo que ya se han escuchado voces diversas y se van apuntando líneas de fuerza. Pero queda aún algo de tiempo para afinar más las cosas.
-¿Cuál es el retrato robot de la persona que podría suceder a Francisco?
-Ese retrato robot depende de quién lo haga. Es lo mismo que con los candidatos. Depende de quién lo haga va a subrayar unas u otras formas. Creo que sí que hay un sentimiento común de recoger todo lo que se ha hecho antes, que sea alguien que acoja lo que se ha sembrado en la vida de la Iglesia. Luego, por otro lado, se va primando el tema de la evangelización. Se ha hablado mucho de la preocupación por la evangelización y la misión como el horizonte común para esa figura que se va trazando. Por ahí vamos confluyendo unos y otros, con distintos toques y distintos matices.
-¿Hay fractura entre los cardenales que piensan que se debe seguir la línea de Francisco o buscar en cambio una figura que apaciente las aguas tras la revolución que, según algunos, ha supuesto el último pontificado?
-No aparece una fractura, sino opiniones. Se ha visto que es un Colegio Cardenalicio muy diverso, donde cada uno puede explicar su realidad desde nuestras diócesis o los lugares de donde venimos. Más que división, lo que sí que hay es subrayados. Cada uno va haciendo un análisis y un subrayado, motivado por la persona que lo hace y por su lugar de procedencia. Yo creo que no se percibe una división formal. Tampoco es como un Parlamento, como estamos acostumbrados a los debates parlamentarios entre unos y otros. Aquí es más bien el ir intentando converger y, eso sí, viendo que en la Iglesia no todos pensamos igual. Hay diversidad de análisis del futuro y del pasado también.
-¿Ha encontrado usted a cardenales que estén incómodos con el pontificado de Francisco?
-Eso lo conocen ustedes muy bien. Muchas veces las cosas que dicen fuera cardenales u obispos también se hablan dentro. Somos muy claros. La diferencia es que cuando hablamos dentro se hace con un deseo primero de ensamblar la opinión y siempre con muchísimo respeto. Es decir, no hay polarización exacerbada, como mucha gente puede pensar. Lo que sí que pasa es que hay posturas distintas entre los cardenales. Y eso es lo bueno de la Iglesia. Algo fenomenal que hizo Francisco es dejar hablar a los diversos y saber que podemos armonizarnos así, lo que será un reto para el nuevo Papa. No se han acallado las voces diversas, sino que se ha dejado que se hable y hay que armonizarse. Es lo que estamos viendo estos días.
-¿Cómo vive emocionalmente este momento? ¿Siente la responsabilidad?
-No lo sé todavía, porque es una conmoción. Me hubiera creído antes que iba a ir a Marte que a entrar a la Capilla Sixtina para participar en un cónclave. Por un lado, lo vivo con muchísimo respeto, estoy sobrecogido por el momento histórico, no solo por cómo hay que hacer las cosas. La responsabilidad de acompasarnos juntos para dar un Papa que la Iglesia necesita en este momento. Por otro lado, también con una capacidad de escucha muy grande, porque creo que el Señor ya tiene al Papa previsto. Hay que escuchar mucho a los otros.
-¿Y usted, tiene ya una idea de qué nombres podrían votarse?
-Ya nos vamos haciendo a la idea, poquito a poco. Hay muchos momentos de escucha, de hablar entre nosotros. Hasta ahora hemos estado los electores y los no electores juntos y va a haber unos días en los que estemos solos los electores. También va a ser una oportunidad para conocernos más y para hablar allí.
-¿Cree que el cónclave será corto?
-Yo creo que muy corto no, porque somos muchos y muy diversos. En otros cónclaves ha habido más bloques, como el formado por gente de la Curia, pero ahora no hay tantos bloques. Sincronizarnos un poco entre el candidato que tiene cada uno y el de los demás va a ser un poco más largo, pero vamos, no excesivamente.
-¿Durará entonces dos o tres días el cónclave?
-Tres días vamos a poner, siendo optimistas.
-¿Cuánto hay de novelesco y cuánto de realidad en los supuestos juegos de poder entre grupos de cardenales y acerca de purpurados que cuentan ya con 40 votos asegurados?
-Hay mucha literatura sobre eso. Yo creo que quien lo narra proyecta lo que le gusta. Si alguien dice que un cardenal tiene ya garantizados más de 40 votos, creo que es muy difícil que le haya preguntado a más de 40 cardenales cuál es el nombre que van a poner en la papeleta. Cada votación, y está muy bien que así sea, abre un proceso de escucha y oración y así se va preparando la siguiente. Da espacio a que hablemos según los candidatos que van saliendo. Eso no es algo premeditado. Quedan aún sesiones para seguir hablando y todavía pueden cambiar los candidatos, efectivamente.
-¿Los tiempos están maduros para un Papa de África o de Asia, tras haber tenido a uno de América Latina?
- Creo que más que de dónde viene, se va buscando el perfil que responda a ese tapiz que hemos puesto antes. Se va más bien a la persona, independientemente de donde provenga. Es un dato sí, pero solo uno más. Se busca el perfil, de manera que responda a los retos que la Iglesia universal necesita en este momento. La procedencia será importante, pero no determinante.
-¿Tampoco para excluir a nadie?
-No se excluye a nadie. Hay otros parámetros que están por encima del lugar de procedencia.
-¿Qué le pide a los fieles?
-Pedimos la oración y el apoyo a todos los creyentes y a quienes no lo sean, por lo menos que nos manden buena onda, como decía el Papa Francisco. Creo que nos hará bien sentirnos arropados por toda la Iglesia y también por las palabras que nos pueda decir el futuro Papa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.