

Juicio por el crimen de Viniegra de Arriba
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Juicio por el crimen de Viniegra de Arriba
Cruce de audios: «Ya sabes lo que toca, majo, bang, bang y al monte de eucaliptos»Tercera jornada de juicio por el crimen de Viniegra de Arriba y la sesión se ha centrado en tratar de delimitar la participación de ... cada uno de los tres acusados en el asesinato de Djafer Bechkat, alias Jeff, un ciudadano argelino, cuyo cadáver fue arrojado a la torca de Hoyo Mingo, el 11 de agosto de 2022. La víctima tenía 45 años y era un traficante a media escala que llevaba 22 años viviendo en España.
El agente de la Guardia Civil y secretario que dirigió la investigación ha relatado de forma cronológica lo que hicieron los tres acusados los días previos al crimen. Los repetidores que daban servicio a sus móviles les sitúan en Viniegra de Arriba el 24 de julio. Eran las fiestas del pueblo y estando allí, según este testigo, J.A.G. recibió una llamada de la víctima urgiéndole a saldar la deuda que había contraído con él por un tema de drogas
Los días siguientes hacen dos viajes a Algeciras, el segundo estaría relacionado con la presión que Djafer ejercía sobre J.A.G. para que le devolviera el dinero que le debía, ha señalado el agente. De regreso, el día 7, del volcado de los teléfonos de los acusados se extraen una serie de mensajes de audio. En uno de ellos, I.Z., de 43 años y descendiente de Viniegra de Arriba, le dijo a J.A.G.: «Ya sabes lo que toca, majo, bang, bang y al monte de eucaliptos». De inmediato le respondió: «Esto mejor no hablamos por aquí. Yo mañana tengo la pusquilla», -en caló pusca es pistola- en referencia al arma de pequeño calibre con la que presuntamente asesinaron a Djafer. Al día siguiente J.A.G. contrató el seguro de un vehículo descapotable con el que el día 9 él, su novia -la también acusada J.S.A.- y la víctima, se dirigieron a Viniegra de Arriba.
Antes, en la madrugada de ese mismo día, hay un cruce de mensajes entre I.Z. y J.S.A. en los que muestran su desacuerdo con la forma de ejecutar a Jeff, incluso se menciona una motosierra. También debaten cómo deshacerse del cuerpo. En estas mismas conversaciones, I.Z. le dice: «A mi si viene aquí, pum, pum, no voy a bajar a Alberite».
Los repetidores les situaron después, en la noche del 9 de agosto, en el cruce próximo a Montenegro, donde presuntamente asesinaron a Djafer. Esa misma noche hicieron un primer intento de deshacerse del cuerpo en la torca de Hoyo Mingo, pero no lograron encontrar el camino, así que dejaron el cadáver en la furgoneta del hermano de I.Z. aparcado en el garaje de un familiar de este mismo acusado en Viniegra. El día 10 vuelven a intentarlo, pero tampoco lo consiguen. No lo logran hasta el día 11, ese día quedaron para hacer desaparecer el cuerpo de la víctima. En el lugar de los hechos se encontró una colilla con el ADN de J.A.G.
En la sesión de este lunes también ha declarado la agente de la Guardia civil secretaria de las diligencias. Durante su comparecencia ha asegurado que la participación de los acusados J.A.G., de 48 años, y de I.Z. «fue muy clara». En un primer momento y gracias a la intervención del forestal que vio arrojar el cuerpo a la sima el 11 de agosto de 2022, la investigación se centró en I.Z, alias el Pateras. «Desde el primer momento I.Z. reconoce su participación en los hechos y cuando le detienen señala a J.A.G.». Poco después este segundo acusado era detenido en su domicilio en Alberite.
Inicialmente ninguno de los dos mencionó a la acusada J.S.A., de 47 años y novia de J.A.G., sí lo hicieron cuando declararon en sede judicial. Entonces situaron a la procesada en el momento en el que dieron muerte a Djafer el 9 de agosto de 2022 y cuando arrojaron el cadáver a la torca dos días después. En las dos ocasiones, la mujer se habría quedado en el interior del vehículo.
En la misma jornada ha declarado un agente que patrullaba por la zona del municipio soriano de Montenegro de Cameros. Era el 12 de agosto de 2022 y una mujer le dijo que había visto arrojar «algo raro» al contenedor. De ahí extrajeron varios objetos, como una zapatilla, un mantel y un destornillador con manchas de sangre. Otro agente ha recordado que entre los objetos también había un piedra con restos de sangre en el borde.
Dos de los acusados, en concreto I.Z.. y a J.S.A. se enfrentan a los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas por los que la Fiscalía reclama un pena de 25 años y medio de prisión. J.A.G. encara medio año más de cárcel por un delito contra la seguridad vial por conducir sin puntos en el carné. La acusación pública pide también que paguen una indemnización de 200.000 euros al hijo menor de la víctima, que en el momento de los hechos se encontraba bajo la tutela de la Comunidad Autónoma de La Rioja, y 60.000 euros a cada uno de los progenitores de Djafer.
Las defensas piden la absolución de los acusados. En el caso de J.G.A., su abogada señaló al procesado I.Z. como el ejecutor de un crimen en el que su cliente no habría participado ni tendría conocimiento que se iba a producir. El letrado de la acusada J.S.A., pareja del anterior encausado en el momento de los hechos, desvinculó a su clienta del asesinato; mientras que la defensa de I.Z. hizo lo propio con su cliente, quien dijo haber cometido el único error de haber arrojado el cadáver a la torca de Hoyo Mingo y haber sido el «tonto útil».
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