«Hay que dar servicio a la gente, buscar una solución como sea»

«A las puertas de la temporada de verano… No tenemos suerte», lamentaba Jon Salgado, en referencia a las otras ocasiones, años atrás, en las que, por las tormentas, el camping incluso tuvo que ser desalojado. Esta vez, a causa del incendio, no hubo desalojo, el fuego afectó principalmente al edificio de recepción, pero de forma severa. Tal y como detalló SOS Rioja, el incendio calcinó el interior y originó graves daños en su estructura. Según varias fuentes consultadas por Diario La Rioja, todo parece indicar que el fuego se originó por la chispa de la máquina de una obra que se estaba realizando en la tarde de ayer en las propias instalaciones y las pelusas de los chopos propiciaron la rápida propagación de las llamas.

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A media mañana del día después del suceso el caming estaba tranquilo. Nada que ver con la jornada anterior, con la presencia de Bomberos de Logroño y del CEIS, Guardia Civil y ambulancias y servicios médicos del Servicio Riojano de Salud. La mañana es soleada y fresca, y apenas hay movimiento, aunque es significativo el daño en la fachada del edificio, con los cristales estallados y las paredes ennegrecidas por el fuego y el humo. A su alrededor, respetando la cinta de seguridad que impide el acceso, hay gente colgada del teléfono. Los responsables observan el destrozo apesadumbrados. Todavía se echan las manos a la cabeza. En cambio, hay usuarios que descansan en la terraza del bar. Los pájaros cantan como si no hubiera pasado nada pero aún huele a quemado.

«Cuando vine ya estaba ardiendo. Algunos intentamos apagar el fuego, pero ya era escandaloso y nos sentimos impotentes», recordaba Carlos, un usuario, vecino de San Sebastián que veranea, ya jubilado, en el Camping de Navarrete. Al parcer, el alojamiento esperaba un lleno para este fin de semana, con jóvenes y moteros dispuestos a disfrutar de las instalaciones. «Las cámaras debían estar llenas de género que se ha echado a perder, cuando el camping iba a estar a tope», lamentaba Carlos. Así que el ambiente, pese al alivio de que no hubiera importantes daños personales, era, en cuanto a lo material, «desolador», describió este veraneante.