

Miguel Sesma
Miguel Sesma Espinosa ·
Defensor del VAR y del diálogo con el jugador, el nuevo árbitro riojano en la élite afronta el reto con «mucha ilusión»Miguel Sesma Espinosa (Logroño, 31 de enero de 1995) vive estos días en una nube. Hace un par de días recibió oficialmente la noticia de ... su ascenso a la Primera División del fútbol español, una de las mejores ligas del mundo. Llegó al arbitraje por el consejo de una amiga de su hermana y no era del todo consciente de que esa experiencia le iba a cambiar la vida. Su sueño es que este curso histórico, con tres colegiados riojanos en la élite, le sirva para asentarse en Primera División. Luego podrá lanzarse a nuevos retos.
- Recibió la noticia al bajar de un avión. ¿Cómo fue ese momento?
- Fue increíble. Estaba volando y no sabía si me iban a dar la noticia montado en el avión y así fue. Me bajé, tenía la llamada de Luis Medina (Cantalejo), el presidente del Comité de Árbitros, y fue una explosión de alegría.
- Con 30 años es uno de los árbitros más jóvenes de Primera División.
- Ha subido también Guzmán Mansilla, de Jaén, que es de mi edad. Yo soy de enero, igual es un pelín más joven. Pero sí, los dos más jóvenes, los dos pipiolos.
- ¿Cómo afronta este reto?
- Con muchísima ilusión, con mucha responsabilidad también. Y con unas ganas tremendas de empezar desde el minuto uno, desde el momento en el que hagamos la concentración de verano, de pretemporada, con mucha, mucha ilusión.
- Cuando ascendió hace dos años a Segunda División, al fútbol profesional, afirmó que el cambio había sido impresionante. ¿Dónde nota un árbitro esa mutación?
- Es un cambio tremendo en todos los aspectos. Desde la atención y el cuidado que ponen LaLiga, los equipos, la Federación, hasta el juego, la calidad de los jugadores. Me acuerdo que la primera vez que fui cuarto árbitro en Segunda División, ya viendo el calentamiento antes de empezar alucinaba solo con los controles y los pases que hacían los jugadores. Me daba una idea de lo que era eso, del cambio tan grande que había.
- ¿En el fútbol profesional también escucha lo de 'Arbi' o son cosas de la Tercera?
- Sí, aunque muchos jugadores ya se aprenden el nombre y me llaman Miguel o Sesma.
- Hay mucho más 'scouting' por ambas partes.
- Eso es, así como nosotros les estudiamos, ellos nos estudian también a nosotros.
- César Soto Grado, el otro colegiado riojano, es uno de sus referentes, ¿no?
- Sí, sí, he crecido con él como referente cuando empezaba a arbitrar en La Rioja y a día de hoy lo sigue siendo. Está en Primera División, es internacional, ha estado muchos años en la élite y, de hecho, entreno con él y con Carlos Álvarez también, su asistente. Son dos referentes para mí desde que empecé hasta el día de hoy.
- ¿Qué consejos le ha dado al hacerse oficial su ascenso?
- El mismo que me dio cuando subí a Segunda y que mucha gente también me ha ofrecido: que es que no cambie y que siga siendo el mismo, tanto dentro como fuera del campo.
- ¿Qué tipo de árbitro considera que es?
- Me considero un árbitro al que le gusta el fútbol vistoso, fluido y que deja jugar un poco para que suceda y también creo ser un árbitro cercano y dialogante. Me gusta llevarme bien con los jugadores y tratar de hacer lo mejor para que el espectáculo sea lo más bonito posible.
- Hablaba del salto a Segunda División. En ese momento entra el VAR en su vida. ¿Cómo es su relación con una tecnología que ha venido a ayudar bastante, pero que no es inmune a la crítica?
- Fue un cambio muy grande porque al final arbitras igual, pero hay que tener en cuenta ciertas cosas para arbitrar, tenerlo en mente para que te pueda ayudar. Para mí el VAR es un salvavidas, una gran herramienta que te ayuda en todo momento, tanto para tomar las mejores decisiones como para gestionar mejor un partido. Y sobre todo para dormir mejor por las noches y no irte a casa con un error garrafal que pueda perjudicar a un equipo.
De jugador a árbitro
- El arbitraje riojano ha crecido bastante, un 30% en los últimos tres años. ¿Por qué gusta tanto a los jóvenes entrar en este mundo?
- Creo que el trabajo del Comité y de la Federación está siendo muy bueno. Esto atrae a más gente y luego, también, contar César (Soto Grado) durante estos años, poder tener un referente en la máxima categoría. Carlos Álvarez también. Creo que hace que los chavales se fijen más en lo que tenemos cerca, que son árbitros de aquí, de Logroño, de La Rioja, y que quieran ser árbitros también además de futbolistas.
- ¿Cómo fue su caso? ¿Cuándo dio el salto de jugador a árbitro?
- Mi hermano (Diego) ha jugado toda la vida al fútbol y yo también. Incluso, hubo una época en la que jugaba y arbitraba a la vez. Jugué en varios equipos, el último fue el Tatú, que ya desapareció. También jugué en el Mareo, en el Berceo, en el Varea, en el Balsamaiso.
- ¿Cómo fue ese cambio?
- Fue de casualidad, una amiga de mi hermana que hacía mesa en el fútbol sala me contó alguna anécdota y me dijo que probara, que podía sacar un dinerillo para disfrutar con los amigos, que era otra manera de ver el fútbol. Y todo empezó como una pequeña experiencia cuando tenía 17 años que ha cambiado mi vida.
- Y cinco años después ya estaba dirigiendo en Segunda B.
- Fue muy rápido todo, salió todo muy bien y lo bueno es que La Rioja es una comunidad pequeña, entonces si te esfuerzas y lo haces bien, pues enseguida puedes optar a un ascenso de categoría.
- ¿Qué sueños tiene un árbitro? ¿Dirigir la final de un Mundial, por ejemplo? ¿Cómo gestiona ese aspecto?
- Yo siempre he sido de ir paso a paso. Por ejemplo, cuando estaba en Tercera, mi sueño era llegar a Segunda B y jamás hubiese pensado en aspirar a algo más. Luego ya en Segunda B era la Segunda División y este año he cumplido el sueño de llegar a Primera. Mi sueño ahora es asentarme en la categoría y hacerlo lo mejor posible. Y si van bien las cosas, pues ya me pondré una meta mayor. Pero de momento me ha ido bien así, así que no debo cambiarlo.
- En 113 partidos, ¿cuál recuerdo especialmente?
- Los partidos más bonitos son los 'play offs', los que deciden los ascensos, como el del Tartiere entre el Oviedo y el Mirandés. Son los más especiales. Es cierto que uno de los equipos no recibe el premio, pero la fiesta que se monta antes, durante y después es súper bonita de vivir.
- Este año le ha tocado arbitrar a los tres equipos que lograron el ascenso, Levante, Elche y Oviedo.
- Este año ha sido histórico. Los tres partidos con los que han ascendido los tres equipos a Primera. El cuarto ascenso ha sido el mío, el colofón.
- También le tocó vivir en primera persona en marzo del 2023 el desplome de Dragisa Gudelj, jugador del Córdoba. ¿Cómo fue ese momento?
- Edu, mi asistente, y yo lo vimos caer. Fue un momento muy duro, no sabíamos qué le pasaba. Fue dramático. Y los momentos de después, cuando le reanimaron, también fueron muy duros. Pero fue también, a su vez, muy bonito porque antes de evacuarlo del campo, él ya se levantó y estaba consciente y se le veía bien. Entonces pudimos respirar aliviados.
- Ahora podrá arbitrar a su hermano Nemanya, jugador del Sevilla. ¿Le interesa conocer a alguna estrella en especial?
- No. Al igual que en Segunda, todos los jugadores de Primera División, si están ahí, es por algo. Entonces, ya con estar cerca de los mejores, es un privilegio.
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