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El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado este lunes un alto el fuego unilateral de tres días con motivo del 80 aniversario de la Victoria ... sobre la Alemania nazi. Es una nueva tregua que se extenderá desde la medianoche del 7 de mayo hasta la del 10 de mayo. El Kremlin ha informado de que durante ese período «cesarán todas las acciones militares», y ha exigido que «la parte ucraniana siga el mismo ejemplo». De lo contrario, «en caso de que se produzcan violaciones del alto el fuego por parte de Ucrania, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa darán una respuesta adecuada y eficaz».
Así mismo, se manifiesta que «la parte rusa declara una vez más su disposición a entablar negociaciones de paz sin condiciones previas, encaminadas a eliminar las causas profundas de la crisis ucraniana, y a una interacción constructiva con los socios internacionales». No obstante, Putin ya decretó un alto el fuego de 30 horas el pasado 19 de abril con motivo de la Pascua y prácticamente no fue observado por ninguno de los bandos.
Por otro lado, con motivo de su viaje a Brasil, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha advertido en declaraciones al periódico O Globo, de que Rusia exigirá el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea y las cuatro regiones ucranianas anexionadas en 2022. «El reconocimiento internacional de la pertenencia a Rusia de Crimea, Sebastopol, la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk, la región de Jersón y la región de Zaporiyia es un imperativo» para alcanzar un acuerdo de paz definitivo con Ucrania.
A este respecto, Lavrov ha subrayado que los compromisos que contraiga Kiev en ese eventual acuerdo para poner fin a la guerra «deben estipularse a efectos legales y hay que establecer mecanismos internacionales para su cumplimiento». El ministro ruso ha reiterado también que será necesario «desnazificar» el país vecino: es decir, apartar del poder a la actual dirección ucraniana y «desmilitarizar» el país, lo que supondrá, según él, reducir las Fuerzas Armadas ucranianas e impedir su ingreso en la OTAN, cesar el envío de armamento por parte de Occidente y descartar el despliegue de tropas occidentales en su territorio.
Según Lavrov, «Rusia va a buscar garantías de seguridad fiables frente a las amenazas de la OTAN, la Unión Europea o cualquier Estado que haga frontera en el oeste». Lavrov estima además fundamental «levantar las sanciones a Rusia y devolver los activos rusos incautados» en Europa y Estados Unidos. Todo ello es necesario, ha añadido, «para superar las consecuencias de las medidas adoptadas por el régimen neonazi de Kiev que se formó en febrero de 2014 tras un golpe de Estado y que ha legislado para acabar con todo lo ruso, desde la lengua hasta las tradiciones».
A juicio del jefe de la Diplomacia rusa, Washington está todavía «tratando de entender las raíces profundas de esta crisis». Ha dicho que las conversaciones con Estados Unidos «para buscar una solución continúan» y que espera «que den resultados aceptables para las dos partes». Al mismo tiempo, ha lamentado la postura de la UE que, según el responsable ruso de Exteriores, está «determinada a socavar» los esfuerzos de paz.
Lavrov habló el pasado domingo por teléfono con su homólogo norteamericano, Marco Rubio, sobre «el tema de la crisis ucraniana». La nota diplomática de prensa de ayer señalaba sin entrar en detalles que ambos políticos «destacaron la importancia de consolidar las condiciones previas surgidas para el inicio de las negociaciones con el objetivo de consensuar una senda firme hacia una paz estable a largo plazo».
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la pregunta sobre los llamamientos de Trump a parar la guerra, respondió que «Rusia continuará su Operación Militar Especial» en Ucrania mientras no se alcance un acuerdo definitivo. En este sentido, añadió que su país «está dispuesto a negociar directamente con Ucrania, pero está a la espera de que Kiev dé señales en esa dirección sin haber recibido todavía ninguna». Según el asesor de política exterior, Yuri Ushakov, Putin y Witkoff abordaron el pasado viernes «la posibilidad de reanudar negociaciones directas entre la Federación Rusia y Ucrania», que quedaron abortadas en Estambul al comienzo del mes de abril de 2022.
En una entrevista a la cadena estadounidense CBS difundida la semana pasada, Lavrov afirmó que «el presidente de Estados Unidos habla de un acuerdo y estamos dispuestos a alcanzarlo. Sin embargo, aún quedan aspectos específicos por afinar y esto es exactamente lo que estamos haciendo ahora». El ministro ruso, sin embargo, no aclaró a qué aspectos concretos se refería, pero subrayó que Trump «cree, y pienso que con razón, que hay indicios de que avanzamos en la dirección correcta».
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