

Secciones
Servicios
Destacamos
Hace solo unos meses, ni los parisinos más optimistas podían imaginar que su equipo iba a estar presente en la final de la Champions del ... próximo 31 de mayo en Múnich. En noviembre, el PSG sufría con el agua al cuello después de empatar en el Parque de los Príncipes ante el PSV Eindhoven y caer también en su feudo frente al Atlético. Entonces, el objetivo del PSG, que también había perdido en el estreno ante el Arsenal y solo había sido capaz de vencer por la mínima al Girona, era superar la primera criba y evitar el ridículo de terminar entre los 12 últimos de 36.
Tal y como reconoció Luis Enrique tras apear en puertas de la final a los 'gunners', el punto de inflexión se produjo en enero. El campeón galo tocó fondo cuando, a los 53 minutos de una final anticipada por la permanencia en la gran Europa, perdía 0-2 ante el City de Pep Guardiola. Grealish y Haaland dejaron temblando al PSG. A partir de ahí, remontada de campeonato con los tantos de Dembélé, Barcola, Joao Neves y Gonçalo Ramos. El cómodo triunfo en Stuttgart permitió al PSG alcanzar el mal menor de estar en el 'playoff' de dieciseisavos.
«En la liguilla merecimos nueve puntos más, sin duda, pero el hecho de tener un grupo tan fuerte sirvió para que el equipo creciera. Los resultados no nos acompañaban y no teníamos efectividad, pero las estadísticas eran de las mejores de Europa. Cuando se ha puesto todo en su sitio, creo que hemos demostrado que merecemos estar en la final», analizó el técnico asturiano en Movistar pasada la medianoche, cuando cumplió 55 años.
El exseleccionador español ha demostrado con hechos que no iba de farol hace un año. Se había confirmado la salida al Real Madrid de Kylian Mbappé, la pieza angular del proyecto durante un lustro, y soltó una frase que descolocó a los periodistas. «Estoy convencido de que la próxima temporada seremos mejores». Aquellas osadas declaraciones de Luis Enrique se han cumplido y, resulta que, sin la joya de la corona, el PSG está a dos victorias de consumar un triplete histórico, inédito en el fútbol francés.
Noticia relacionada
Con el gijonés, este club ha pasado de contar con un elenco de estrellas a disfrutar de un equipo con mayúsculas en el que todos corren, defienden sin balón y reman en la misma dirección, sin que nadie se sienta por encima del resto. «Aquí el que no está a tope y no trabaja, sabe que no juega», resumió Marquinhos, el único de los titulares ante el Arsenal que sobrevive desde la anterior final de Champions del PSG, la del Covid, la que el equipo de Thomas Tuchel perdió ante el Bayern en Lisboa, fruto de un gol de Kingsley Coman.
Prueba de que Lucho no se casa con nadie es la suplencia de Ousmane Dembélé, el máximo goleador de 2025, en la semifinal ante el Arsenal. A la verdadera estrella del PSG no le tembló el pulso y sentó a su mejor futbolista en el banquillo en la cita clave. Dembélé, con participación en 45 goles entre todas las competiciones, ha crecido tanto que aspira al Balón de Oro; Barcola se ha convertido en el máximo asistente europeo; el joven Doué ha derribado la puerta y Kvaratskhelia, el último en llegar, trabaja más que nadie en defensa.
Hasta los más críticos están rendidos al método Luis Enrique, a su equipo de autor, compendio de clase, raza y ambición. Un verdadero ejército, verdugo de todos los equipos de la Premier presentes en esta Champions. Ni City, ni Liverpool, ni Aston Villa, ni al final tampoco el Arsenal, han podido frenar a este PSG corajudo. Desde esa final perdida ante el Bayern, han tenido que pasar cinco años y cuatro entrenadores antes que Luis Enrique -Unai Emery, Laurent Blanc, Mauricio Pochettino y Christophe Galtier-, para que los galos opten de nuevo a la ansiada 'orejona'.
En caso de coronarse ante el Inter, sería la segunda vez que Luis Enrique gana la principal competición europea tras la conquistada con el Barça hace justo diez años, frente a la Juventus en Berlín (3-1). «Aquello fue muy diferente. Recogí un equipo hecho al que tenía que volver a hacer campeón. Aquí, hemos construido otro proyecto», explica este preparador concienzudo.
Luis Enrique es culé y se ha librado de medirse a 'su equipo' con la 'orejona' en juego. Si tengo que ser honesto, para mí jugar una final de Champions contra el Barça hubiera sido lo peor. Si no hubiéramos estado, me habría encantado que estuvieran en la final y la ganaran. Sé que el PSG no despierta muchas simpatías en Barcelona, pero yo hago mi trabajo«, detalló
Una semana antes de batallar por esa Champions, tiene otro reto por delante, la final de la Copa de Francia ante el Stade de Reims. Solo dos partidos para lograr el segundo triplete de su carrera a igualar a Pep Guardiola, que lo hizo en 2009 con el Barça y hace dos años con el City. Lucho es feliz en el PSG: «Me siento muy a gusto porque tengo la capacidad con Luis Campos (director deportivo) y con el presidente de proyectar un equipo que guste a los aficionados». En París ya nadie echa de menos a los Messi, Neymar o al mismísimo Mbappé.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.