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La producción en entornos urbanos y cerrados creando artificialmente las condiciones necesarias emergen como solución a los problemas de espacio. LR
Sector primario. Adaptación al siglo XXI
Agro

Sector primario. Adaptación al siglo XXI

El desarrollo de nuevas herramientas, que ya ha comenzado a implementarse lentamente en el campo, posibilitará –según un informe de la Plataforma Tierra– un cambio en la agricultura y la ganadería y el verdadero paso a los nuevos tiempos

César Álvarez

Logroño

Martes, 6 de mayo 2025, 08:49

Durante los últimos tiempos se han ido desarrollando nuevas herramientas tecnológicas cuya aplicación al sector primario pueden dar lugar a un profundo cambio con la digitalización de la agricultura y ganadería y el consecuente aumento de la competitividad. Así se afirma al menos en una reciente publicación de la Plataforma Tierra –del grupo Cajamar– que identifica en un artículo las 10 tecnologías que transformarán el sector agroalimentario en el próximo lustro.

La digitalización y la aplicación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, los drones y la robótica, la agricultura de precisión... ayudarán al profesional agrario en la toma de decisiones, contribuirán a la optimización de los recursos y por ello, la producción ha de ganar en competitividad.

Entre estos elementos, la Plataforma Tierra señala como el primero la agricultura de precisión impulsada por IA y big data. La información es poder, y los sensores o imágenes satelitales han de proporcionar al profesional del sector los datos necesarios para que, convenientemente procesados le ayuden a tomar las decisiones correctas en su explotación. De esta forma se puede aplicar un bien, cada vez más escaso, como es el agua o incluso un recurso cuyo precio se ha disparado en los últimos tiempos, como el abono o incluso los plaguicidas, de la forma más eficiente posible, optimizando su uso y reduciendo así el gasto a lo mínimo posible.

Un dron recaba información LR
La digitalización permite un mayor control de la salud animal. LR
La agricultura regenerativa se puede apoyar en el sector ganadero. LR
Dos agricultores observan los datos conseguidos a pie de campo. LR

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Otro de los elementos llamados a provocar una transformación del sector, según Tierra, son los drones y los robots agrícolas que pueden paliar uno de los más graves problemas del campo: la falta de mano de obra. Además de recoger los datos (en el caso de los drones, para que trabaje la IA), drones y robots pueden contribuir decisivamente en labores como la siembra, la recolección y en actividades como la eliminación de malas hierbas o el desbroce.

La biotecnología y edición genética cobra cada vez más importancia con la evolución de los efectos del cambio climático. Algunos cultivos, tal y como se conocen ahora, están condenados a la desaparición en las nuevas circunstancias que están surgiendo del calentamiento global. La biotecnología «permitirá 'editar' piezas del ADN para obtener nuevas plantas, por ejemplo, resistentes a enfermedades, a suelos salinos o al déficit hídrico», según se explica en el artículo de Tierra.

Precisamente, en esas nuevas circunstancias, la salud del suelo adquiere un valor determinante y con ella, la agricultura regenerativa que permite recuperar las maltrechas superficie de cultivos. Prácticas como los cultivos de cobertura, compostaje inteligente o el monitoreo del estado del suelo que se apoyan en las nuevas tecnologías alimentan la esperanza de recuperar lo perdido, restaurar la biodiversidad, capturar el carbono y mejorar la productividad de los cultivos.

El aumento de la competitividad ha de ser el objetivo de la introducción de las nuevas tecnologías

La eficiencia y la sostenibilidad de todos los procesos mejorarán con las nuevas herramientas

La ganadería también puede beneficiarse sustancialmente de las nuevas tecnologías. Las posibilidades del internet de las cosas son enormes en el control de la salud animal, análisis del comportamiento del ganado o su producción e incluso de su trazabilidad.

La agricultura vertical y granjas modulares también abren nuevas posibilidades al sector que ha de tratar de aumentar la producción para alimentar a una población más numerosas enfrentándose a los problemas de espacio que se derivan de ello. Esta puede ser una opción para la producción alimentaria en el entorno de las grandes urbes, en unos entornos cerrados que crean las condiciones necesarias para el cultivo y además, lo hacen cerca del lugar donde se van a consumir, con la consecuente reducción de la huella de carbono.

Otro punto destacado en el artículo de la plataforma Tierra es la combinación de biotecnología y análisis de datos para desarrollar una producción alternativa de alimentos que permiten la obtención de proteínas partiendo de plantas, hongos y algas, y que van más allá de las obtenidas de los insectos. Y es que la carne producida de forma artificial en los laboratorios, las proteínas procedentes de insectos o alimentos basados en plantas están llamados a tener un papel relevante en la alimentación futura.

El blockchain también emerge en los últimos tiempos como un elemento determinante para la seguridad alimentaria, según expresa Francisco Maturana en su artículo de Tierra.

Esta tecnología permite hacer un seguimiento completo de los datos, por lo que proporciona una trazabilidad inmediata de cualquier alimento, de una forma totalmente garantizada por su carácter inviolable, y que puede ser auditada en cualquier momento del proceso, suponiendo una importante garantía alimentaria.

«El modelo se puede asociar a dispositivos que agreguen internet de las cosas e incorporar etiquetas inteligentes para recolectar toda la información de la vida de un producto agroalimentario a lo largo de todos los eslabones de la cadena», apunta el artículo, que también añade: «Además de mejorar la seguridad alimentaria, esta tecnología fomenta la confianza del consumidor».

Una cuestión importante es adaptar la oferta a las demandas de los consumidores, y ahí puede ayudar la Inteligencia Artificial para la predicción de mercados y la gestión logística que, muchas veces, quedan fuera del conocimiento del profesional del campo.

Con estos datos, se puede tratar –en la medida de lo posible– de adaptar la fecha de cosecha de los productos a la de mayor demanda o, por ejemplo, la fecha de nacimiento de corderos a la época de mayor consumo de lechales; de la misma forma, con los datos de la demanda se puede trabajar en el desarrollo de nuevos productos.

Desde el punto de vista de la logística, la aplicación de la Inteligencia Artificial para la predicción de mercados ayuda «la reducción de desperdicios, la mejora de márgenes y la eficiencia en la gestión a la hora de anticipar demandas y optimizar las rutas de distribución», según explica el artículo de Tierra.

Por último, la digitalización y plataformas colaborativas en toda la cadena contribuyen a un mayor intercambio de información y una relación mucho más directa entre productores, distribuidores, minoristas y consumidores.

De esta forma, se está fomentando la transparencia a lo largo de todo el proceso, se mejora la eficiencia y además, se democratiza el acceso a información por parte de todos.

Cambios lentos en un sector poco habituado a modificaciones

El sector primario es un sector poco acostumbrado a los cambios y sí a mantener las formas de hacer y actuar de forma casi inalterada generación tras generación. Sin embargo, la llegada a la agricultura y a la ganadería de jóvenes –pocos, pero bien formados académicamente– ha abierto unas nuevas vías de cambio que poco a poco van dando entrada a las nuevas tecnologías y van haciendo que el campo –conservador por naturaleza– acepte la innovación con el objetivo de adaptarse a las nuevas circunstancias climáticas, sociales y económicas que le vienen impuestas.

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