Un riojano, a toda vela, rumbo a Gaza
Sergio Toribio es el mecánico del Madleen, el barco de la coalición Flotilla de la Libertad que viaja con alimentos y productos sanitarios hacia la Franja con el reto de romper el bloqueo israelí
Con tanto temor como firmeza y conciencia social. El logroñés Sergio Toribio es el responsable del mantenimiento mecánico del Madleen, el velero de 18 metros ... de eslora perteneciente a la coalición humanitaria Flotilla de la Libertad, que partió el domingo desde el puerto siciliano de Catania con la intención de arribar en Gaza.
Su avance es lento por la ausencia de viento, apenas 6 millas a la hora, pese al apoyo que el pequeño motor presta al velamen, y la expedición, que pretendía llegar este fin de semana a su destino, acumula un considerable retraso, en el que se conjugan, además de las circunstancias meteorológicas, los dramas humanitarios. «El jueves nos encontramos un bote con unos cuarenta migrantes y tras conocer la alarma dada por las autoridades griegas acudimos a su rescate, pero llegaron los guardacostas libios con una patrullera y los arrastraron. Cuatro de ellos, pese a llevar cinco días en el mar sin comida ni agua, se lanzaron al agua con neumáticos y nadaron hacia nosotros. Los recogimos y gracias a que llegaron más barcos, los libios se retiraron y se los entregamos a las autoridades griegas. Eso nos ha provocado un nuevo retraso, de al menos 12 horas, y como pronto llegaremos a la Franja el lunes, si es que nos dejan», asume Sergio Toribio (San Sebastián, 1975), aunque afincado en La Rioja desde hace 35 años, adonde llegó con sus padres y su hermana, una tierra de la que presume: «Yo tengo entendido que el buey no es de donde nace, sino de donde pace y yo estoy muy orgulloso de ser riojano, eso esta claro, aunque en mi DNI ponga que soy vasco y español».
Además del logroñés, en la embarcación viajan otros 11 activistas, entre otras la popular sueca Greta Thumberg y la palestina pero eurodiputada francesa Rima Hassan, a quienes su unió en la primera etapa del viaje, de Augusta a Catania, otro rostro famoso, el del actor irlandés Liam Cunningham, quien encarnó en Juego de Tronos el personaje de Davos Seaworth.
«A bordo hay inquietud, hay miedo, es evidente», confiesa el mecánico naval, que admite que en la propia expedición se es consciente de que el reto tiene pocas posibilidades de éxito. «El ministro de Defensa israelí ya ha dicho que va a alzar un bloqueo y, de hecho, ha designado una unidad específica para bloquear el Madleen, incluso en aguas internacionales, donde no tiene jurisdicción alguna, como tampoco la tiene en las palestinas. Él ha dicho que si no respetamos el bloqueo nos interceptarán y nos detendrán», cuenta Sergio Toribio, quien denuncia que ya han sido sometidos a una vigilancia continua. «Desde que entramos en aguas internacionales en la zona griega, la presencia de tres drones es diaria. El primer día, el martes por la noche, estuvieron casi media hora sobre nosotros y desde entonces vienen a diario, de día no sé si se podrían ver a simple vista o con prismáticos, pero de noche se detectan enseguida por las luces, no vienen encubiertos, y entonces nos quedamos todos en cubierta con los chalecos salvavidas, preparados por si ocurre algo», relata, para recordar que esperan cualquier cosa: «No hace un mes ya atacaron el Conscience, otro barco de la Flotilla de la Libertad, que sufrió, en aguas internacionales cercanas a Malta, dos impactos lanzados desde un dron en su proa, que causaron un incendio que destruyó el sistema eléctrico del barco y dañó su casco hasta inutilizarlo».
«Hay miedo, claro, Israel ya ha dicho que si no respetamos el bloqueo nos interceptarán y nos detendrán»
Sergio Toribio
Mecánico naval logroñés
En la expedición viajan también la sueca Greta Thumberg y la eurodiputada francesa, pero nacida en la Franja, Rima Hassan
Pero los activistas del Madleen no piensan ceder: «Pese a los temores, nosotros seguimos en ruta, desde luego que sí» para cumplir su misión, que consiste en llevar su cargamento humanitario, aunque «es casi simbólico por las dimensiones de la bodega del velero, ya que solo podemos llevar como 700 kilos de arroz, productos de higiene femenina, pañales, leche para bebés, muletas y prótesis infantiles frente a las amputaciones…», recita el riojano, quien añade al gesto de solidaridad el objetivo clave del viaje: «Somos civiles y nuestra protesta es simbólica y no violenta, nuestra intención es que nos permitan acceder a un puerto y denunciar ese bloqueo impuesto desde 1948, abrir un corredor marítimo civil y levantar nuestra voz con esta masacre, con este genocidio en el que incluso se está ametrallando a seres humanos a los que se atrae con reparto de comida en esos campos de concentración que han creado los israelíes y Estados Unidos».

En su compromiso conviven a la par la ilusión y la firmeza con un pesimismo realista. «Estamos deseando poder llegar, pero lo vemos muy complicado, esa gente no cede un ápice, no cede ni un milímetro, todo lo contrario, si pueden coger más, cogen más y con total impunidad y desoyendo a la ONU y a todos», aclara Sergio, al que otra crisis, en este caso, la económica de 2008 le permitió zambullirse en el activismo que desde siempre corrió por sus venas.
«Yo he trabajado toda mi vida en La Rioja, me recorrí prácticamente la región dando mortero y yeso porque trabajaba en la construcción, hasta que la crisis del ladrillo me llevó al paro. Me tuve que buscar la vida, y encontré un voluntariado y la oportunidad de convertirme en mecánico naval, lo que logré en el año 2014. Hice el grado medio y ahora estoy con el superior, para ampliar mi titulación, en el centro de FP Blas de Lezo, en Pasajes, donde tengo alquilada una habitación para ir a clases aunque cada viernes vuelvo a casa, a Logroño», relata, para recordar cómo ese ámbito le ha llevado a su viaje actual. Fue precisamente a través de los grupos de WhatsApp de los mecánicos navales como se enteró de que el Madleen buscaba a uno. «Gracias al apoyo de los profesores, que me han echado un cable y me han adelantado los exámenes, y a que la organización me ha esperado casi una semana he podido enrolarme en esta misión», explica Sergio, que dio un paso al frente en el activismo militante hace ya once años: seis años en Protección Marina, más de dos años en el Mediterráneo en el rescate de migrantes con entidades humanitarias como Sea Watch y SOS Humanity y desde hace dos 2 años embarcado de nuevo en la lucha por la conservación del Mediterráneo. «Cuando yo lo estaba pasando mal, fatal, por la crisis económica, el activismo me devolvió a la vida. Para mí ha sido un puente, lo he llevado siempre dentro, pero hasta hace 11 años no he tenido oportunidad de dar el paso, lo di y sigo adelante», asevera desde la cubierta del Madleen.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.