Las adopciones se reducen a mínimos en La Rioja, con un solo caso este año
Sesenta familias permanecen en una larga espera para que les asignen menores y sin plazos sobre la mesa
El número de adopciones sigue desde hace años una sostenida tendencia a la baja que ha llevado, salvo ciertos repuntes, a considerarse ya casi testimoniales ... en La Rioja. De hecho, en esta primera mitad del año solamente se ha constituido una adopción en La Rioja. La situación resulta llamativa y contrasta con la que se daba en la primera década del siglo, cuando cada año se formalizaban entre treinta y cuarenta. Las explicaciones a este descenso van desde cambios en las políticas de los países de origen de los menores a nuevos enfoques en cuanto a la protección de la infancia en España para preservar a los niños y niñas en sus entornos.
A nivel español, según los datos recopilados por la Asociación Atlas, las adopciones internacionales alcanzaron su pico en el año 2004 con 5.541 menores que encontraron familia en nuestro país. Dos décadas después, se quedaban por debajo de 200. Ahora, suponen casi el doble las adopciones nacionales, que también han mantenido una tendencia a la baja algo menos exagerada, pero aún así cayendo casi la mitad desde comienzos del pasado siglo. En La Rioja, los procesos que implican a menores nacionales se han formalizado de manera bastante estable, con un par de repuntes en 2018 y 2024. Las internacionales quedan reducidas a la mínima expresión. Desde 2020 solamente se han resuelto dos adopciones desde otros países.
Mientras, unas sesenta familias riojanas se encuentran pendientes de asignación de un menor, con largas esperas y sin plazos sobre la mesa. Ese periodo comienza cuando la persona o familia traslada su interés en adoptar a, en el caso riojano, la dirección general de Servicios Sociales. Recibirá información sobre qué conlleva el proceso de adopción y pasará a una fase de acciones formativas, en la que se dota a los interesados de herramientas educativas y de gestión. Finalmente llega el momento de la evaluación, en la que se realiza una valoración psicosocial, se analiza su entorno, su hogar, sus circunstancias... En La Rioja, la gran parte de las familias adoptantes superan esta fase y reciben el requisito de la idoneidad.
«No se decide por orden de llegada al proceso, se valora la compatibilidad entre la familia y su entorno y el menor»
Marta Gómez
Servicios Sociales
Según los últimos datos, de 2024, eran 51 las familias pendientes de asignación en adopciones nacionales y 14 las que esperaban en la vertiente internacional. Marta Gómez, directora general de Servicios Sociales, explica que todo el proceso dependiente de la Administración riojana «se realiza en un periodo medio de cuatro meses desde la fecha de registro, incluso antes de lo que establece la ley». A partir de ese momento comienza una espera de varios años, muchos para algunas familias. Marta Gómez, explica que «no existen plazos medios y es que dependen de muchas variables como que existan niños declarados adoptables, la adecuación de las necesidades del menor con los criterios de la declaración de idoneidad, las características de las familias o la vivienda... No se decide por orden de llegada al proceso, se valora la compatibilidad y existen múltiples circunstancias que pueden influir».
En cuestión de adopciones internacionales, además, se suman particularidades como «la vía de tramitación que tenga, si es por organismo autorizado o por protocolo público y los tiempos de la legislación y tramitación de expedientes de cada país de elección», comenta la directora general. La coyuntura de cada estado marca también un proceso que se está volviendo cada vez más complejo y atípico.
El descenso de adopciones encuentra diversas causas según expertos y Administración, pero se resumen en que cada vez hay menos menores adoptables. En cuestión nacional, Marta Gómez destaca cómo se «han intensificado los sistemas de intervención para preservar a los menores en sus familias biológicas», buscando en primer lugar un hogar en la denominada familia extensa: tíos, abuelos... El descenso de la natalidad también ha influido.
En la caída en picado de las adopciones internacionales (que son ahora en España menos del 5% de lo que fueron hace dos décadas), el factor determinante son los cambios políticos o sociales en los países de origen de los menores. Por ejemplo, el cierre de las fronteras a la adopción en esos estados, que fomentan que los niños se queden en sus países de origen, o la falta de seguridad jurídica en unos procesos cada vez mejor controlados.
Mientras, crece en nuestra región la opción del acogimiento familiar de un menor cuya guarda corresponde a la Administración, que además de urgencia, temporal o permanente, ha incorporado en los últimos tiempos modalidades de fin de semana, vacaciones o curso escolar. «El acogimiento es nuestra prioridad en el sistema de protección de menores», subraya Marta Gómez, que, a modo de valoración, señala que «no hay más que escuchar los testimonios de satisfacción de las familias y de los propios niños, les cambia la cara, es un regalo de la vida».
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