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La Federación de Empresas de La Rioja (FER) considera que es muy pronto para poder evaluar el daño que ha causado el apagón eléctrico pero «es evidente» que se han producido perjuicios «de manera importante», por lo que se esperan «ayudas o créditos blandos, como en otras crisis». La afección fue plena en el sector industrial, la construcción, los servicios, el comercio y la agricultura y ganadería, y es que todos los ámbitos dependen del suministro eléctrico.
Carmelo Ruiz, gerente de Gasóleos Jubera, cuenta cómo desde el hospital San Pedro de Logroño los técnicos les solicitaron dos camiones de gasoil para asegurar que el equipo electrógeno de emergencia se mantuviera en funcionamiento. Fueron unos 8.000 litros de combustible. «Suministramos de urgencia porque tenemos potestad y el hospital San Pedro nos lo pidió. Fueron momentos de incertidumbre porque no se sabía lo que podía durar la situación», explica Carmelo Ruiz, responsable de Jubera.
Por otra parte, aunque en algunas gasolineras se vivieron momentos de colapso, no fue el caso de las de Ana Benés, presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de La Rioja. «Pusimos en marcha un generador desde el principio y funcionamos con normalidad, aunque algunos sí tuvieron que cerrar». Benés asegura que casi ni se enteró del apagón puesto que el lunes se encontraba en una feria celebrada en un hotel en Málaga que contaba con equipo electrógeno propio.
En cambio, en la gasolinera del polígono industrial Puente Madre de Villamediana, después del apagón, lograron que funcionaran los surtidores pero no los sistemas de pago. Y en algún momento la fila de coches llegó a la carretera. «Tenemos un generador pero compramos otro para que no nos vuelva a pasar. Muchos clientes venían a pagar solo con tarjeta después de repostar y, si no funciona, es como no tener nada. En estas situaciones nos damos cuenta de lo dependientes que somos de la electricidad y de que no estamos acostumbrados a llevar dinero en metálico», expone Carmelo Ruiz. Hubo casos en los que no quedó más remedio que fiar a los clientes. Por otra parte, en la gasolinera agotaron las 60 bombonas de butano y el carbón a la venta, entonces energías alternativas.
Otras empresas que echaron humo el lunes, pese al corte de suministro eléctrico, y lo siguen echando, son las de ascensores. Como De Marco, dedicada a la instalación, reparación y mantenimiento de elevadores. «El problema ahora mismo son los ascensores atascados, hay más que técnicos en La Rioja para repararlos», advierte Lorena de Marco, quien calcula que puede haber 10.000 elevadores en la región. Industria les ha solicitado una cifra de rescates realizados y ellos pudieron hacer cinco, dos en Logroño y uno en Lardero, Villamediana y Nájera, mientras funcionaron los teléfonos para recibir avisos, así que considera que el porcentaje de atrapamientos es muy bajo. «Hay fincas con ascensores de mucho tráfico, que funcionan las 24 horas del día, a las que acudimos directamente», reconoce Lorena de Marco, quien ha llamado a todos los edificios con portero para comprobar que está todo bien. «Ahora se está dando prioridad a donde viven personas con movilidad reducida», subraya De Marco.
Cabe señalar que la central de ciclo combinado de Arrúbal, la instalación energética más importante de La Rioja, que puede generar 800 megavatios de electricidad a la hora, lo que supone más del 2% del consumo nacional, durante el apagón estaba «en parada programada por mantenimiento», asegura Contourglobal. «Solo se interrumpió el consumo interno, los sistemas de contingencia funcionaron correctamente», asegura la empresa, y añade que la conexión a la red eléctrica se restableció progresivamente desde las 18.00 horas.
Por otra parte, la industria riojana intenta recuperar la normalidad tras lo que la FER ha denominado un «frenazo productivo», por la complejidad de reactivar una maquinaria o una línea de montaje después de horas de parálisis. Daniel Rueda, del Clúster Automoción de La Rioja, ha explicado que se va recuperando la producción aunque todavía fallan las telecomunicaciones. «Las pérdidas van a ser superiores a las indemnizaciones, mucha materia prima se ha quedado en las máquinas y se va a tener que tirar», indicaba Rueda. El turno de tarde de Standard Profil, con unos 80 trabajadores, tuvo que marcharse después de que el de la mañana tuviera que parar la producción por falta de electricidad. Hubo pérdidas, porque además se tuvo que retirar la goma de las máquinas, que quedó inutilizada, pero no se ha podido estimar la cuantía. En IAC Group, fabricante de componentes para automóviles, se suprimió el turno de noche porque no podían trabajar, según ha informado UGT.
Garnica Plywood funciona con normalidad desde la noche del lunes, aunque la fabricación de tableros estuvo parada unas diez horas. Desde la empresa describen que la pérdida solo ha sido de producción, no de material. Y María Eugenia Marín, directiva de Grafometal, expone que la firma especializada en litografía sobre hojalata recuperó la producción a las 6.00 horas del martes, después de haber parado el lunes sobre las 12.30 debido al apagón. «El turno de tarde vino y estuvo haciendo otras cosas, porque no hubo producción, y ya al de noche pedimos que no viniera y cerramos, sobre todo porque no sabíamos qué iba a pasar», reconoce María Eugenia Marín. «Hemos recuperado la normalidad, sin fallos de electricidad, e intentaremos recuperar horas, aunque tenemos que hablarlo con el comité», anuncia Marín.
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