La A-12 acumula otro retraso al tener que actualizar el proyecto del tramo central

¿Es una buena noticia? Según como se mire. Por un lado, se diría que algo se empieza a mover en una autovía que acumula décadas de retraso, pero, por otro, esta licitación demuestra la dejadez político-administrativa de la que lleva años siendo víctima una carretera peligrosa y atestada de tráfico por la que circular es un purgatorio.

El proyecto del tramo entre Villamayor del Río y Villafranca Montes de Oca se remonta al año 2015. Se trata de un trecho de 16,6 kilómetros, que atraviesa siete términos municipales y que incluye dos pasos especialmente comprometidos: el casco urbano de Belorado y la propia Villafranca, en donde la carretera se convierte en un embudo estrecho por el que apenas caben dos turismos a la vez. El precio de la licitación ascendía a 111 millones y preveía la construcción de 22 estructuras de ingeniería (nueve pasos superiores, ocho inferiores y cinco puentes).

Aquello quedó en agua de borrajas. En diez años, el Ministerio de Transportes (con el PP primero y con el PSOE después) no ha movido este expediente, que se ha limitado a criar polvo en un cajón. No solo los precios han quedado desfasados, sino que la entrada en vigor de nueva normativa de construcción y seguridad ha obligado a revisar todos los proyectos. Aunque se podrá aprovechar parte del trabajo realizado –incluida la declaración de impacto ambiental–, ahora hay que actualizar el itinerario y las obras previstas. El presupuesto estimado para el tramo asciende ya a 160 millones de euros e incluye el diseño de cuatro enlaces: Villamayor del Río, Belorado, Tosantos y Villafranca Montes de Oca. Las 22 estructuras anteriores se han convertido en 23: ocho pasos superiores, diez inferiores y cinco viaductos.

Además, se ha decidido dividir el trayecto en dos subtramos, con el fin, según indica el Ministerio, de «optimizar la viabilidad económica del proyecto». El primero, de 10 kilómetros, cubre la distancia entre Villamayor del Río y Tosantos, con un montante de 100 millones de euros. La autovía –si alguna vez se hace– permitirá evitar la travesía de Belorado, un largo trecho que ahora está regulado por semáforos, con la velocidad limitada a 50 kilómetros por hora.

El segundo subtramo, cuyas obras se estiman en 60 millones de euros, incluye el enlace de Villafranca Montes de Oca y su conexión con el siguiente trecho, que debe sortear el puerto de La Pedraja para llegar a Ibeas de Juarros.

La realización de este tramo, el más complicado desde el punto de vista orográfico, también acumula retrasos y olvido. Aunque existe un proyecto redactado, con un precio estimado de 158,1 millones de euros y un trayecto de 24,3 kilómetros, probablemente deba ser asimismo actualizado. En esta situación, aventurar una fecha para la inauguración de la autovía completa resulta un ejercicio de ilusionismo. Por mucha rapidez que se den, el tramo entre Villamayor del Río y Villafranca no estará listo antes del año 2032.