El último misil iraní cae en Beersheba
Relato de los testigos en esta ciudad del sur de Israel donde un proyectil lanzado por Teherán mató al menos a cuatro personas
Las alarmas saltaron en Israel a las cinco de la mañana y no pararon hasta las siete, dos horas en las que los iraníes lanzaron ... unos veinte misiles en diferentes oleadas. Norte, centro y sur del país se pusieron en alerta máxima ante la llegada de los proyectiles y uno de ellos impactó en un edificio de viviendas de Beersheba, la principal ciudad al sur del territorio hebreo y puerta al desierto. Al menos cuatro vecinos perdieron la vida. Fue el tercer impacto directo que sufrió esta ciudad de 600.000 habitantes, tras los del hospital Soroka y otro en un bloque de viviendas no muy lejano.
El bloque de seis pisos alcanzado se encuentra en el barrio Neve Ze'ev, cercano a la parte vieja, una zona nueva de anchas calles y parques. Hasta allí llegó corriendo Adir Nagmani en cuanto escuchó la explosión. Este paramédico de 40 años es voluntario en el ejército y también en los servicios de rescate de la Hatzala.
«Vivo cerca y llegué pasados unos minutos. Al principio he pensado que el daño estaba en el garaje, pero luego he levantado la cabeza y me he encontrado con la destrucción en los pisos altos. Escuchaba gritos pidiendo ayuda y he subido lo más rápido posible», explica Nagmani, que al abrir la puerta del sexto piso encontró muertos en el suelo y luego ayudó a salir a los vecinos atrapados entre los escombros.
Horas después del ataque, los equipos de rescate continuaban buscando entre las ruinas del edificio, avanzando con escaleras para intentar acceder a una zona enterrada dentro de la estructura donde se temía que hubiera supervivientes atrapados. El impacto directo del misil fue uno de los ataques iraníes más sangrientos desde el inicio de la guerra en la madrugada del 13 de junio, cuando Israel lanzó la operación contra Irán.
«No te puedes fiar de ellos»
Oren Cohen, vecino del bloque vecino al más afectado, también trató de ayudar tras la explosión. «Ha sido una situación extraña porque la explosión ha ocurrido muy poco después de sonar la alarma, apenas ha habido margen de reacción. Mi casa ha temblado y las ventanas han saltado por los aires», relató.
Cohen, actor de 45 años y padre de tres hijos, no se muestra optimista con el alto el fuego. «Nosotros lo respetaremos, pero no te puedes fiar de ellos. Este no es el final, estoy seguro, aunque vamos en la buena dirección para acabar con el problema», apuntaba. La gran duda en la ciudad era saber si este sería o no el último ataque de Irán.
Los iraníes se manifiestan para apoyar al régimen de los ayatolás
El férreo control de los medios de comunicación, habitual en las dictaduras, facilita al régimen iraní cantar victoria y aparecer como vencedor frente a sus súbditos. De esta forma, Teherán considera que lo sucedido ha sido «un triunfo que ha obligado al enemigo a arrepentirse, aceptar la derrota y cesar unilateralmente su agresión».
En el convencimiento de que así es, cientos de personas se manifestaron este martes en Teherán para mostrar su apoyo a los gobernantes. Bajo los habituales lemas de 'muerte a Estados Unidos', las marchas recorrieron las calles que, durante los últimos 12 días, han estado inusualmente vacías.
Sin duda, este desenlace supone un jarro de agua fría para los iraníes que deseaban un cambio de régimen, que también se barajó como uno de los posibles objetivos de Israel y Estados Unidos. No obstante, los ataques de esas dos potencias han provocado lo contrario, la unión de iraníes que, independientemente de su opinión sobre los ayatolás que rigen la república islámica, consideran inaceptable la injerencia bélica extranjera.
Desafortunadamente para los disidentes, que se oponen a la teocracia de Alí Jamenei y anhelan la creación de un país más abierto y moderno, muchos temen que el régimen pueda salir reforzado internamente y que redoble su represión contra los activistas sociales y políticos. No en vano, este martes en las calles de la capital se identificaron vehículos de seguridad negros, como los que habitualmente se han utilizado para arrestar a disidentes. (Por A. E.)
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