Trump presiona para frenar la escalada bélica entre Israel e Irán que suma cientos de muertos
La aviación hebrea endurece los ataques sobre Teherán, que se plantea cerrar el estrecho de Ormuz al tráfico de buques
Pese a que Donald Trump aseguró este domingo que llegarán «pronto a un acuerdo», Israel intensificó sus ataques sobre Irán y, como anunció el ministro ... de Defensa, Israel Katz, se centró en la capital para cumplir la amenaza de que «Teherán será Beirut». Tras una noche marcada por el lanzamiento de 80 misiles iraníes, la muerte de al menos 10 civiles israelíes y una gran destrucción en Bat Yam, al sur de Tel Aviv, la venganza llegó en forma de ataques aéreos que fueron mucho más allá del programa nuclear y con coches bomba que sembraron el terror en una Teherán en estado de pánico y donde asesinaron a más científicos. Hongos y más hongos de humo salieron desde los puntos atacados en la ciudad, que incluyeron ministerios como el de Interior y el de Telecomunicaciones, cuarteles de la Guardia Revolucionaria, el aeropuerto de Mehrabad y comisarías de policía, todos ellos situados en una urbe donde viven quince millones de personas. Los israelíes atacaron también Tabriz, Isfahán, Kermanshah o Mashad, en plena frontera con Afganistán, demostrando una enorme superioridad aérea.
Ante la brutalidad de los ataques, que en 72 horas dejan ya más de 400 muertos y 600 heridos, según datos no oficiales, las autoridades iraníes se plantearon cerrar el estrecho de Ormuz –punto clave para el tráfico de petroleros– y pidieron a la población que buscara refugio en escuelas, mezquitas y estaciones de metro. En Teherán no hay refugios en las casas. Además del modelo de Beirut, Israel también aplicó el de Gaza y el portavoz del ejército lanzó a través de las redes sociales una «advertencia urgente para todos aquellos que se encuentran actualmente en o cerca de plantas de fabricación de armas y para quienes los asisten. Por su seguridad, evacuen estas áreas inmediatamente y no regresen hasta nuevo aviso». Una orden sin precedentes.
Los iraníes que pueden y tienen medios escapan al norte del país, a la zona del Caspio y las carreteras que se dirigen a esta parte del país se colapsaron de vehículos. Se produjo un éxodo importante de la capital y quienes optaron por quedarse hicieron acopio de agua y víveres porque saben que esto puede ir para largo. El acceso a internet está restringido desde los primeros ataques, lo que aumenta la incertidumbre entre la población.
La destrucción en lugares emblemáticos de la capital como la plaza de Tajrish o el bulevar Keshawarz y la muerte de decenas de civiles dejaron a Teherán en estado de shock. El analista iraní-estadounidense y exasesor de la Casa Blanca, Vali Nasr, especializado en estudios de Oriente Medio, escribió en su perfil de X: «Cuantos más ataques de este tipo se produzcan contra objetivos y barrios civiles, más defenderá Israel ante el público iraní la necesidad de que el país adquiera armas nucleares». La escritora Sahar Delijani, nacida en una prisión del régimen porque sus padres estaban presos y que reside en Estados Unidos, es una voz crítica y escribió un mensaje a Israel para decirle que «si la visión de liberación viene solo a base de la muerte de inocentes y destrucción, entonces no es la libertad lo que buscas».
Netanyahu anuncia la muerte del jefe de la Inteligencia iraní
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró ayer que los bombardeos de sus tropas sobre suelo iraní causaron la muerte del jefe de la sección de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Mohamad Kazemi, y de su 'número dos', Hasán Mohaqeq. Previamente, una televisión iraní había informado de que Kazemi y Mohaqeq habían quedado sepultados tras un ataque hebreo contra la sede de la Inteligencia en Teherán. Netanyahu, además, dijo en Fox News que los servicios secretos del país islamista tratan de asesinar a Trump, «su enemigo número uno».
Mientras el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, decía en CNN que «el objetivo no es el cambio de régimen» y que «el gabinete de seguridad ha marcado los objetivos y ese no está en la lista», Benjamín Netanyahu dejaba claro que «el cambio puede ocurrir como resultado de la guerra porque el régimen es débil y el pueblo iraní debe decidir si quiere rebelarse». Los israelíes golpean desde el aire y cuentan con el Mossad sobre el terreno, que realizó cinco atentados con coches bomba dirigidos contra científicos del programa nuclear, informaron los medios iraníes. Ya son catorce los expertos asesinados desde el viernes.
Reuniones en marcha
En lo alto de la pirámide del régimen se encuentra el Líder Supremo, Ali Jamenei, y la agencia Reuters reveló que Donald Trump habría vetado en dos ocasiones un plan de Israel para asesinar al veterano religioso. Esta información fue negada con el paso de las horas por fuentes cercanas a la oficina del primer ministro, pero Jamenei es el nombre más buscado de una lista en la que ya no están los líderes de Hamás Ismael Haniye y Yahya Sinwar o el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala.
Trump estuvo muy activo y, mientras iraníes e israelíes intercambiaban golpes, declaró que «deberían llegar a un acuerdo y lo harán. ¡Pronto tendremos paz entre Israel e Irán! Se están llevando a cabo numerosas llamadas y reuniones». El presidente estadounidense recordó su reciente mediación en el choque entre India y Pakistán, que logró un alto el fuego, pero se olvidó de su nulo éxito en Ucrania, donde Rusia avanza, o Gaza, donde los rehenes siguen a la espera de un acuerdo para salir con vida de la Franja. En el caso de Irán, Trump ha perdido toda credibilidad tras haber engañado a la República islámica con unas negociaciones nucleares que discurrían mientras Israel preparaba su operación militar.
Más que mediación, lo que Israel quiere de Donald Trump y de Estados Unidos son las bombas específicas antibúnker que puedan penetrar y destrozar la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow. Los israelíes solicitaron un día más a sus aliados que tomen parte directa en la guerra, pero estos, a nivel oficial, prefieren mantenerse al margen, aunque ayudan cada día en la intercepción de misiles y drones.
Teherán se prepara para una guerra larga. Los anuncios de Donald Trump en su red social sobre que Israel e Irán «llegarán a un acuerdo» pueden ser ciertos, pero muy poca gente cree en ellos. Al contrario, un número considerable de vecinos de la capital ha decidido marcharse hacia las provincias rurales del norte huyendo de los bombardeos casi constantes de los F-15 hebreos.
La destrucción durante la pasada madrugada de un gran almacén de combustible ha generado durante la jornada amplias colas de vehículos delante de las gasolineras. Existe una psicosis de que pronto no habrá donde abastecerse, pese a que las autoridades aseguran que el combustible, los alimentos y las medicionas están garantizados.
El Gobierno busca cómo calmar la ansiedad a medida que la aviación enemiga descarga sus bombas en plazos cada vez más breves. Así, el régimen ha informado a la población de que puede usar las mezquitas y las escuelas como refugios, al igual que las estaciones de metro, que desde hoy permanecerán abiertas toda la noche.
«La sensación es terrible. Con cada misil se produce un gran estruendo y el suelo tiembla. No sabes si el siguiente caerá sobre ti. No hay seguridad», explica un joven en una cadena británica. «No quiero irme de casa, pero no voy a poner a mis hijos pequeños en peligro», declara un padre en la CNN. El hombre aprovecha para pedir la intervención de Estados Unidos y «detener los ataques entre ambos países».
El umbral del miedo ha sido sobrepasado en esta jornada para miles de iraníes, que han podido constatar la superioridad aérea de los israelíes en Teherán. Muchas de las pasadas son ya casi como un paseo para los cazas ante la destrucción de las defensas antiaéreas iraníes. En las ocasiones en que un misil es interceptado, solo queda ver dónde caen sus restos, y aún así no proporciona ninguna seguridad. Se dispersan en una lluvia de fragmentos que alcanzan a varios inmuebles a la vez.
La explosión del complejo de almacenes de combustible de Shahran, al noroeste de Teherán, con una cadena de explosiones ensordecedoras a medida que las llamas alcanzaban sus once tanques, ha constituido una conmoción por su poder destructivo, pero también por el pavor a quedarse sin suministros básicos. La llamada del ejército israelí exhortando a los civiles a evacuar sus casas si viven cerca de instalaciones militares para no ser bombardeados ha empujado a miles de personas a buscar refugio fuera de la capital. Aunque este domingo ha quedado claro que no existe un lugar seguro ante la aviación hebrea. Uno de sus cazas ha llegado a más de 2.200 kilómetros de Israel para bombardear el aeropuerto internacional Mashhad Shahid Hasheminejad, en el noreste de Irán, y destruir un avión-cisterna militar.
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