Reza Pahlevi, un nuevo Sha para Irán
El heredero de la monarquía persa hace campaña para recuperar el poder que la revolución islámica le arrebató a su familia en 1979 al derrocar a la dictadura de su padre
Los recientes ataques israelíes a Irán han impulsado a Reza Pahlevi, el hijo mayor del último Sha de Persia, a embarcarse en una intensa campaña ... internacional para promover su intención de liderar el próximo régimen. A través de las capitales europeas, en la televisión estadounidense y ante los líderes políticos, Pahlevi declaraba que la república islámica estaba «al borde del colapso», llegando a calificar los bombardeos como «una oportunidad hacia la democracia». «Este es nuestro momento del muro de Berlín», decía en París el 17 de junio.
En una aparición virtual al día siguiente ante congresistas norteamericanos, el autoproclamado heredero de la corona persa declaró que «millones de iraníes, dentro y fuera del país, habían puesto en él su confianza para liderar la transición». El mayor de los Pahlevi ha dedicado la mayor parte de su vida a intentar recuperar el poder de su familia en un país que no ha visitado desde que la Revolución Iraní de 1979 derrocara la cruenta dictadura de su padre, forzándoles al exilio. La biografía de la dinastía es el relato de los sucesivos golpes de Estado promovidos por las potencias coloniales en el siglo XX para mantener el control de la tercera reserva de petróleo más grande del mundo.
Su abuelo, Reza Khan Pahlevi llegó al poder en 1921 en un golpe orquestado por los británicos para proteger a la Compañía Anglo-Persa de Petróleo. Tras su alineamiento con Hitler en la II Guerra Mundial, Reino Unido y la URSS lo reemplazaron por su hijo, Mohammad Reza Pahlevi en 1941. Un nuevo golpe, esta vez de la CIA y Londres, acabó con la joven monarquía parlamentaria democrática en 1953, cuando el primer ministro Mohammad Mossadegh quiso nacionalizar el crudo.
Con la centralización del poder en el Sha, Washington firmó un acuerdo de cooperación nuclear civil con Irán y les transfirió tecnología y recursos. Fue así cómo en los años setenta se desarrolló el polémico programa atómico.
La oposición le considera una figura anacrónica y le tilda de «traidor» por sus vínculos con Israel
Aunque Pahlevi no ha respaldado los ataques de Israel ni los de EE UU, tampoco los ha criticado. Incluso llegó a sugerir que Washington no había hecho lo suficiente en Irán, insinuando la necesidad de una intervención. «La destrucción de las instalaciones nucleares del régimen por sí sola no traerá paz», aseguró.
En las últimas décadas, Pahlevi ha cosechado un notable seguimiento entre la diáspora, ante quienes se proyecta como una figura de alto nivel, con un nombre reconocible, preparado para gobernar «un Irán libre y democrático, capaz de vivir en paz con los vecinos». «Un motor de crecimiento y oportunidad», promete. En su web sugiere que el futuro gobierno sería una monarquía constitucional o una república secular que respetaría los derechos humanos.

Desconfianza
Pahlevi está vinculado al Proyecto de Prosperidad de Irán, un think tank enfocado en el diseño de una política económica, energética y de seguridad para un Irán post república islámica. Una institución «inspirada en la visión del Príncipe Reza Pahlevi», sostienen. Sin embargo, la gran parte de la oposición al régimen iraní, especialmente la clase educada políticamente, ve en el heredero del Sha una figura anacrónica, desconectada de la realidad nacional, que nunca ha reconocido las atrocidades del régimen de su padre, como la ejecución y el encarcelamiento de adversarios. Como sucesor de una familia que expolió al país y llegó al poder con el apoyo extranjero, Pahlevi no parece tampoco haber aprendido las lecciones históricas que llevaron al derrocamiento de su progenitor.
A menudo afirma que tiene un extenso apoyo de la oposición dentro de Irán, incluso entre las fuerzas armadas y de seguridad, a quienes durante los ataques recientes instó a abandonar el régimen y a unirse al movimiento del pueblo hacia el cambio. Pero los especialistas dudan de que su influencia sea significativa. Además, su intento de crear una coalición de oposición entre la diáspora en apoyo de la última ola de protestas anti-régimen de Irán en 2023 se derrumbó rápidamente.
Pahlevi ha forjado lazos con Israel, donde viajó con su esposa y se reunió con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el presidente, Isaac Herzog, la titular de Inteligencia, Gila Gamliel, y otros altos cargos. El 13 de junio, tras el comienzo de los bombardeos israelíes en Teherán, el responsable hebreo de asuntos de la diáspora, Amichai Chikli, publicó una foto suya dando la mano a Pahlevi con el mensaje «pronto en Teherán». El acercamiento con el Estado judío no ha caído nada bien entre muchos iraníes, ni su descripción de los ataques como «una oportunidad». Muchos opositores le han etiquetado de «traidor» a su país de nacimiento.
Al hijo del último Sha a menudo se le compara con Ahmed Chalabi, miembro de la familia más rica de Irak e hijo del presidente del Senado antes del exilio. Tras el derrocamiento de Sadam Husein a raíz de la invasión estadounidense, Chalabi fue nombrado miembro del Consejo de Gobierno interino del país. Había invertido décadas en organizar una oposición y establecer fuertes conexiones con la clase política de Washington, a la que presionó para avanzar un cambio de régimen.
Al final, lejos de ser el liberal que había prometido, Chalabi fue incapaz de ganar las elecciones ni de unificar a Irak, que pronto derivó en el sectarismo y la violencia. Pero Pahlevi asegura que Irán es diferente: «No caeremos en la guerra civil o la inestabilidad».
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