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Sara I. Belled y Jorge Marzo
Lunes, 12 de mayo 2025, 00:03
«Hemos empezado a normalizar que ir a un concierto no esté al alcance de todo el mundo», se lamenta Elena, una joven de 26 años que ha pasado de «pagar 35 euros por una entrada VIP hace 10 años a que ahora, con ese dinero, no pueda comprar siquiera la más barata para Aitana en Barcelona». El mínimo para ver a la extriunfita son 47 euros en la grada de Montjuic y el viernes, en 24 horas, Bad Bunny vendió 600.000 entradas de entre 80 y 600 euros para doce citas en 2026.
La música en vivo en España continúa batiendo récords y consolidándose como un pilar clave en la industria del entretenimiento. Según los últimos datos recopilados de la Asociación de Promotores Musicales (APM) en su anuario, la facturación ha alcanzado los 725 millones de euros en 2024, un incremento del 25,32% respecto al año anterior.
Sin embargo, este crecimiento no se refleja con la misma intensidad en el número de conciertos recopilados por la APM y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)…
…como sí lo ha hecho uno de los indicadores más reveladores de esta transformación: el gasto medio de entradas por espectador, que ha pasado de 54 euros en 2019 a 84 euros en 2024, según datos de Ticketmaster en su Observatorio de la Música en Vivo.
Es decir, hay más facturación, el gasto medio de entradas ha seguido creciendo y la oferta de conciertos se mantiene:
No está disponible hasta la fecha, ni en el anuario de la APM ni al consultar directamente con la SGAE, el número de espectadores de 2024, que subieron en 2023 un 13,8% (similar al número de conciertos) hasta los 28,3 millones. Esta cifra superó levemente la de 2019 (28,2 millones), cuando se estaban celebrando en España 91.000 eventos antes de la pandemia, pero queda lejos de los datos recopilados durante la crisis económica de 2008 (35,6 millones).
Las razones de la diferencia en esta velocidad de subida desde la pandemia son una muestra de la madurez del sector, según Carol Rodríguez, directora de comunicación de APM: «Cada año se programan más conciertos y más gente asiste a ellos, pero lo que realmente está marcando la diferencia en la facturación en venta de tickets es el tipo de eventos que se están consolidando». Para ella, la industria «ha sabido responder con agilidad a cambios sociales, tecnológicos y de consumo social». Explica que estamos viendo una evolución lógica, donde hay un mayor valor por evento, más eficiencia e impacto por cada concierto, «aunque el crecimiento en cifras brutas —como número de espectáculos o público total— sea más pausado».
Carol Rodríguez
Directora de comunicación de la Asociación de Promotores Musicales
Con esta visión también concuerda Francisco Blázquez, representante de artistas como Dani Fernández: «Han subido mucho los gastos a los que hacemos frente, y además hay muchos que antes no existían. Más seguridad, conciertos más espectaculares o nuevo personal».
Los hosteleros de Madrid previeron ingresos de más de 25 millones de euros con los dos conciertos de Taylor Swift en mayo de 2024
Daniel Llanes tiene 28 años y, a través de su cuenta de X @callmepains, lamenta que el precio de los conciertos se ha encarecido en exceso en los últimos años: «Creo que los precios de artistas internacionales son caros. No solo por la entrada en sí, sino por todo lo que conlleva ir al concierto. Aunque ahora hay más opciones de transporte, el alojamiento se ha encarecido mucho. En 2015, por ver a Katy Perry en Barcelona, pagabas 65 euros por entrada, 50 de bus y 25 por hotel básico. Ahora, una entrada similar vale 105».
Esta es una entrada para ver a Katy Perry en Barcelona en 2018
Eran 68 euros para ver el concierto desde la grada y ahora...
Esta es una entrada para ver a Katy Perry en Barcelona en 2018
Eran 68 euros para ver el concierto desde la grada y ahora...
Esta es una entrada para ver a Katy Perry en Barcelona en 2018
Eran 68 euros para ver el concierto desde la grada y ahora...
Esta es una entrada para ver a Katy Perry en Barcelona en 2018
Eran 68 euros para ver el concierto desde la grada y ahora...
Ver a la estadounidense en concierto en España cuesta hoy un 25% más de media que hace siete años, con mayor subida en las entradas más caras.
De las pocas entradas que quedaban el mes pasado para ver a Katy Perry en Barcelona, todas son VIP, por encima de los 200 euros. Caras, pero al precio 'original'. No ocurrió lo mismo con las citas de Lady Gaga en Barcelona, donde los precios dinámicos, aquellos que se ajustan dependiendo de la demanda, dejaron facturas épicas.
Que alguien me explique con unas entradas q valían creo 150 euros ahora pueden estar a esto https://t.co/byWg1Bs9No
— Poet | Artist | Scientist (@santiagofabero) March 31, 2025
«Lo deciden promotores y artistas y se establecen en los eventos de mayor demanda», explicó la directora general de Ticketmaster, Ana Valdovinos, en unas declaraciones recogidas por Europa Press en junio de 2023. «Se seleccionan determinados tipos de entradas, que suelen ser las mejores o con precio mayor y sobre ellas se pone el precio dinámico» para evitar, explicaba, que «esas entradas puedan ir a un mercado con precios muchos más altos». Para evitar la reventa.
A la mierda las zonas Golden y VIP. Toda la pista a 35€
— Lori Meyers (@lorimeyersband) February 17, 2023
A los que habéis comprado esas entradas muchísimas gracias, se os devolverá el importe completo o la parte correspondiente si pasáis a pista u otra localidad.
Nos vemos el 30 de diciembre en el WiZink.
Salud,
Lori Meyers
«A la mierda las zonas Golden y VIP. Toda la pista a 35€», anunció el grupo Lori Meyers a través de X en 2023, tras una polémica surgida en redes sociales por el precio de las entradas que permitían a los fans acercarse más al escenario por unos 150 euros.
En el corto plazo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado a Ticketmaster ante la Subdirección General de Inspección y Procedimiento Sancionador del Ministerio de Consumo por el cobro «irregular y abusivo» de las entradas online para los conciertos en Barcelona y Madrid, ya que, explican, una entrada con un coste mínimo de 79,50 euros ha incrementado su precio hasta los 269,30 euros al sumarse tres gastos adicionales: 3,30 euros en concepto de donación, 36,50 euros por gastos de gestión y 150 euros por cargo vip adicional.
Katy Perry, Lady Gaga… Destaca la APM que España se ha consolidado como un mercado clave para los grandes artistas internacionales: con Bruce Springsteen, Karol G y Luis Miguel a la cabeza en asistentes en 2024.
Y aunque el número de espectadores de artistas nacionales también sigue en aumento tras la pandemia, no se han alcanzado máximos históricos. Lo que ha cambiado es la cantidad de espectáculos:
Los artistas españoles con más asistentes en sus conciertos realizaron en 2024 una media de 25 conciertos, frente a los 55 de 2010.
Según Rodríguez, esta tendencia responde a una optimización de recursos y a una mayor demanda, donde las entradas se agotan rápidamente incluso en grandes recintos.
Más de 300.000 asistentes se citaron en el último Arenal Sound, que con 80 conciertos se mantiene como el evento de referencia en la ronda de festivales españoles, unos eventos –macroeventos en algunos casos– que continúan registrando cifras ascendentes. «Su formato, con varios escenarios, artistas y días de actividad, multiplica el impacto económico de entradas, consumo, patrocinios y turismo», destacan desde la APM. El Primavera Sound llegó a los 268.000 asistentes en sus 222 conciertos, más de la mitad (un 59%) eran extranjeros procedentes de 134 países. El FIB sumó 180.000 y el BBK Live de Bilbao llegó a los 110.000 espectadores.
Más de 900.000 espectadores suman los diez festivales de ciclo más multitudinarios, que se caracterizan por su mayor duración y una programación escalonada. Icónica Santalucía Sevilla Fest (195.198) , Marenostrum Fuengirola (140.449) o Las Noches del Malecón (78.661) son algunos ejemplos.
En esta evolución de eventos, formatos y precios, destaca también el papel significativo de la música en 'streaming' en el ecosistema musical. En la última década, la brecha entre lo digital y lo físico no ha hecho más que ampliarse, reflejando un cambio profundo en los hábitos de consumo de los oyentes.
En la actualidad, por cada euro ingresado por la venta de CDs y vinilos, se ingresan seis en formato digital.
Pero en total, la facturación de la música grabada, que alcanzó los 568,8 millones de euros en 2024, recaudó un 20% menos que los eventos en directo.
Explica Blázquez que «antes, cuando se vendía mucho, –los discos– podían ser un clavo al que agarrarse, pero ahora es imposible que se sobreviva por la facturación de discos físicos o por el streaming».
En este sentido, las cuentas que se generan de las plataformas tampoco son boyantes:
Un millón de reproducciones
3.400 euros
Un millón de reproducciones
3.400 euros
Según explica en el informe de la APM Genís Roca, Vicepresidente de la Fundación Barcelona Music Lab, un millón de reproducciones se paga a unos 3.400 euros en Spotify.
De estos, casi un 20% va a intermediarios como los agregadores y los distribuidores.
El sobrante son unos 2.720 euros, de los cuales un 80% es para la discográfica.
Ya sólo quedan 544 euros, que son los que se reparten entre los diferentes artistas involucrados: autores, letristas, intérpretes, productores…
AUX STEP FOR JS
Es decir, el experto calcula un 16% de beneficio 'limpio' para los artistas que comparten su contenido a través de estas plataformas:
«Hay más ingresos que nunca. Aunque también hay muchos gastos. Creo que antes el público no demandaba tanto show como ahora. Por eso hay una inversión que antes no se hacía. Cada cosa que la gente ve, y que no tiene interiorizada, todo eso tiene un gasto», apunta Blázquez al hilo de los gastos que se repercuten en la entrada y que tiene que ver con la producción, iluminación o sonido, todo lo relacionado con ensayos u otros desembolsos fijos.
Francisco Blázquez
Representante de artistas
Por eso, dice el representante, el directo es «la punta de lanza» de los beneficios, sin olvidar otras vías como los royalties, colaboraciones con marcas o montar un negocio. La venta de discos «nunca ha sido una financiación muy fuerte del artista».
«Estuve en uno de los conciertos de Taylor Swift en Madrid, y en uno de ellos tuve que pagar 225 euros», comenta Elena, consciente de que «no todo el mundo puede permitirse un gasto de este calibre, y pierde la oportunidad de vivir un directo». Eso sí, añade: «Por otro lado, sí se ha comprobado que la gente sigue yendo». De hecho, las 600.000 entradas que ha vendido Bad Bunny para diez conciertos en Madrid y dos en Barcelona marcarán el récord de asistencia al menos en los últimos 15 años (Fito sumó 550.000 en 2010 con 73 conciertos).
Karol G y Taylor Swift, segunda y cuarta artistas internacionales con más asistentes a sus conciertos, hicieron 'sold out' en sus únicas citas en España en 2024, que congregaron cerca de 350.000 almas en el Santiago Bernabéu. Fue antes de la suspensión de conciertos por las quejas vecinales por el ruido y la reprogramación de shows como los de Lola Índigo o Aitana, que han reubicado sus conciertos en el Metropolitano.
En cualquier caso, Madrid fue en 2024 la región con más facturación.
Más allá de la polémica, esta realidad pone sobre la mesa la jugosa oportunidad de albergar estos eventos multitudinarios. El Real Madrid se gastó más de 1.000 millones de euros en su remodelación y acometerá nuevas obras para mejorar la insonorización. Valencia estrenará en septiembre el Roig Arena, con una inversión de 280 millones, y el club de fútbol de la ciudad proyecta un nuevo estadio para 2027 como «pilar fundamental en la generación de nuevas vías de ingresos».
Irene Marsilla
Estado de construcción del Roig Arena en Valencia, en abril de este año
Irene Marsilla
Estado de construcción del Roig Arena en Valencia, en abril de este año
Irene Marsilla
Estado de construcción del Roig Arena en Valencia, en abril de este año
Estado de construcción del Roig Arena en Valencia, en abril de este año
Irene Marsilla
Y con un aumento de 90 millones de euros respecto al año anterior, la capital ha protagonizado la mayor subida interanual de toda España.
Así, mientras la brecha que abren las ciudades de Madrid y Barcelona con el resto del país no solo se mantiene, sino que se ensancha año tras año, los seguidores hacen cuentas, casi echan a suertes, para ver a qué artista podrán ir a ver en directo en la nueva temporada. «El año pasado me quedé sin ver a Green Day en Madrid y este año sin Lady Gaga en Barcelona», explica Llanes. «Da mucha rabia porque he ido a sus últimos conciertos en España y es el primero que me pierdo. No puedo asumir el gasto».
La principal barrera para acudir a un concierto de música actual es que las entradas son caras, según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España, publicada por el Ministerio de Cultura para el curso 2024-2025. Son una cuarta parte de los encuestados (25,7%) y por detrás quedan otras razones como no tener tiempo (23,1%) y no tener interés (19,7%).
La problemática del precio ha ido escalando posiciones desde hace un lustro. Superada solo por la falta de tiempo y de interés y por el Covid, un motivo que ha pasado del 25,4% en el informe de 2021-2022 al 0,2% actual.
Tras la pandemia, la necesidad del contacto social acuñó una nueva era de los eventos en vivo. No obstante, la corriente virtual –por obligación, del público, y necesidad, de los artistas– consolidó durante el encierro los conciertos virtuales. Uno de los grandes ejemplos es el show Studio 2054 de Dua Lipa en noviembre de 2020, un concierto virtual de la gira del álbum 'Future nostalgia' al que se podía acceder a través de internet por unos 17 euros y que congregó a cinco millones de espectadores. La entrada en pista para el concierto de este fin de semana en Madrid costaba 90 euros.
En España, según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales, casi un 19% de los españoles ha escuchado en el último año algún concierto de forma online. No indica el estudio si es en directo o grabado.
Dua Lipa, Lady Gaga, Bruce Springsteen o, en el ámbito nacional, Melendi, Pablo Alborán o Estopa son artistas con una gran proyección que, en mayor o menor medida, generan cifras destacadas dentro del sector. Pero más allá de estas grandes giras, existe una extensa red de artistas que mantienen vivo el tejido musical nacional desde escalas más modestas. Para muchos de ellos, vender discos, obtener ingresos significativos del streaming o incluso acceder a una sala de conciertos sigue siendo una tarea difícil, a pesar de los récords de facturación alcanzados en los dos últimos años.
En este contexto, una de las incógnitas es si esta tendencia alcista en la facturación continuará en el futuro, con o sin entradas más caras. Desde la APM ofrecen una visión optimista: «Mientras sigamos trabajando en la mejora de infraestructuras, en la sostenibilidad del modelo y en el apoyo a la diversidad artística, todo indica que el sector mantendrá su fortaleza. Eso sí, también es fundamental asegurar un marco legislativo y fiscal estable que permita planificar con garantías».
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